lunes, 28 de febrero de 2011

"Estados de ánimo" de Mario Benedetti


 Foto por: Annie Leibovitz

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Análisis del poema "Estados de ánimo" de Mario Benedetti




Las emociones, los estados de ánimo y la poesía;
Desde los principios de la historia de la humanidad, es común que se le dé a la parte racional del hombre más importancia que a la parte emocional. Las emociones han sido siempre consideradas como poco importantes, como una adición innecesaria, como una barrera que nos impide llegar al conocimiento.  Pero la verdad es que nuestro subconsciente está determinado por la experiencia de la emoción, y esto hace que desde nuestros gestos hasta el respirar estén inevitablemente ligados a las emociones.
Cada persona, dependiendo de sus experiencias pasadas, experimenta una emoción de forma particular, y es por esta razón que todos los seres humanos juzgamos una situación concreta de múltiples maneras, puesto que no todos vivimos las mismas situaciones.
Las emociones son estados afectivos espontáneos que pueden desarrollarse en sentimientos, y al conjunto de estos lo llamamos estado de ánimo. El estado de ánimo de una persona cambia conforme a los sentimientos de los que esté compuesto. Múltiples estímulos exteriores, como una caricia, o el ver a un niño jugando con un balón, determinarán una emoción, y si esta emoción es alimentada constantemente, se transformará automáticamente en un sentimiento. Inconscientemente, al estar experimentando una emoción, ó al estar pasando por un determinado estado de ánimo, nos sentiremos capaces ó no de realizar una determinada actividad. Sí dicha actividad requiere de creatividad, la inspiración será necesaria, y ésta se obtiene con la ayuda de estímulos externos, los cuales generarán en nosotros una emoción, en algunas personas ésta emoción se desarrollará en un sentimiento, en pocas en un estado de ánimo, y en tan solo unas cuantas la inspiración se convertirá en poesía.   
Los estados de ánimo son cambiantes, porque como dijimos, son el resultado de un grupo de sentimientos, los cuales se desarrollan a partir de las emociones, las cuales se generan a partir de los estímulos externos que nunca son constantes. 
En el poema “Estados de ánimo”, del poeta uruguayo Mario Benedetti, se hace evidencia de la tesis anteriormente expuesta.  Éste poema está compuesto por tres estrofas; las dos primeras cuartetas y una última de dieciséis versos; para un total de 24 versos. Además es un poema asonante, grave y de verso blanco, en el cual predominan los versos de siete sílabas métricas, que para alcanzarlos, es a veces necesario de la utilización de sinalefas y de los recursos poéticos, tales como la diéresis, en el caso del verso siete.
A medida en que se lee el poema, se evidencia que el yo poético está haciendo referencia a los diferentes estados de ánimo por los que ha podido pasar. Él mismo ha logrado percibir que son cambiantes, y los compara tanto símil como metafóricamente con diferentes situaciones y objetos de su cotidianeidad. Tan solo en la primera estrofa nos encontramos con la anteposición de dos estados de ánimo contrarios: “Unas veces me siento como pobre colina y otras como montaña de cumbres repetidas”. Se sabe que una colina es baja e insignificante, y muchas veces caminamos encima de ellas sin percibir que allí se encuentran. El yo poético está queriendo expresar que él se ha llegado a sentir tan bajo e insignificante como una colina, tan invisible como intrascendente para la vida de los demás. Luego se antepone la montaña: alta, imponente, inevitable y siempre presente; todo un desafío para la destreza y el ingenio humano; lo que muestra que el éxito que tiene no es sólo razón para su admiración, sino también para la de los de más.  Las cumbres repetidas pueden estar simbolizando los éxitos de la vida, los cuales traen consigo autoconfianza, seguridad y autodeterminación.  
En la segunda estrofa los símiles continúan: “Unas veces me siento como un acantilado y en otras como un cielo azul pero lejano”, y la anteposición de dos diferentes estados de ánimo se hace presente también. Los acantilados son áridos, estériles e indeseados. El sentirse como uno simboliza la pérdida del deseo de vivir, del deseo de continuar y salir adelante pese a las adversidades que puedan presentarse. Un cielo azul, a diferencia de un acantilado, es algo que hace que dirijamos nuestras miradas hacia arriba para admirar la complejidad de su belleza. Si una persona se siente como el epíteto del cielo azul, es por que se siente segura de lo que es cómo persona, se siente bella y capaz de hacer lo que quiera. La realidad es que para el yo poético el cielo azul es distante, pues ya no se ha vuelto a sentir así desde hace algún tiempo.
Continuado estructuralmente con el poema nos encontramos con la metáfora: “a veces uno es manantial entre rocas y otras veces un árbol con las últimas hojas”. Es claro que un manantial entre rocas es algo único, difícil de encontrar, algo sencillamente especial. Un árbol con las últimas hojas puede ser no tan único, pero indiscutiblemente raro de ver. Una persona que se sienta única, es por que se siente especial, si no hay nadie como él, eso le traerá seguridad, y la seguridad será para los demás algo que admirar, una razón más por la cual al lado de él estar.
Los versos quince y dieciséis forman una aliteración, y en conjunto con los versos del trece al dieciséis  una metáfora: “Pero hoy me siento apenas como una laguna insomne con un embarcadero ya sin embarcaciones”. Una laguna con un embarcadero sin embarcaciones ha perdido el sentido de su existir, y es así como se siente en este momento el yo poético, quien cree que sin algo o alguien, su vida carece de sentido.
Luego, la laguna es personificada, y con una repetición diseminada, se describe la situación por la que pasa: “Una laguna verde inmóvil y paciente conforme con sus algas sus musgos y sus peces”. Una laguna, ante la presencia de algas y musgos no puede hacer nada. Las algas y los musgos consumen el oxigeno contenido en el agua de la laguna, convirtiéndola gradualmente en un lugar inhabitable para cualquier tipo de vida. A diferencia de la laguna, el yo poético está en la posición de hacer algo para acabar con la situación que está consumiendo poco a poco su vida, con la cual está conforme, y solo espera que todo acabe.
El poema termina con los versos “sereno en mi confianza confiado en que una tarde te acerques y te mires, te mires al mirarme”. En estos versos se muestra con metáforas, que era lo que al yo poético le faltaba para que su vida tuviese sentido: la presencia de una compañía sentimental. Él espera que un día esta compañía llegue esporádicamente a él, y es consiente que al esperar, está dejando que su vida sin sentido se consuma sin motivo.
Benedetti fue un maestro al lograr exponer en un solo poema tantas tesis de la psicología y de la teoría del conocimiento. Además, hace con su poema un llamado a la gente que deja pasar su vida sin darse cuenta, esperando a que llegue algo que quizá nunca llegará, que ve su vida pasar sin vivirla. 
Santiago Galeano H. 

domingo, 27 de febrero de 2011

Interpretación de "El Dinosaurio" de Augusto Monterroso



Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Esta composición es considerada como el relato más breve de la literatura universal. Baltasar Gracián decía, “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. La forma de escritura de Augusto Monterroso se caracteriza por ser breve y concisa, pero aborda temáticas complejas que ocultan en sí cientos de referencias. Nos expone en su prosa una provocadora visión del mundo de forma sutil y burlesca. Sabemos, por consiguiente, que Augusto Monterroso no dejaría a una de sus más representativas obras sin ese toque característico de su escritura, una burla a la sociedad en sus múltiples aspectos. Pero, ¿Cuál era la verdadera intención  y el mensaje que quería plasmar Monterroso al componer este fascinante relato? Quizá esto nunca lo sabremos, pero de lo que podemos estar seguros, es que el infinito abierto a las posibilidades de interpretación que dejó Monterroso con esta composición, será siempre fascinante para todo lector.
A continuación intentaré exponer, de acuerdo a las circunstancias económicas, políticas y sociales de la época que pudieron haber influenciado a Monterroso para la escritura de este cuento, unas cuantas interpretaciones que se muestran como las más adecuadas y propicias para el relato.
En el argumento de la primera interpretación, ubicamos a un personaje “x”, quién se va a dormir lleno de problemas que lo acompañan en su vida cotidiana. Cuando despierta, y pese a sus ansias de ver sus problemas esfumados,  estos siguen estando allí.  Esta interpretación nos mostraría la realidad de muchas personas. Todos nos hemos topado con diferentes dificultades y obstáculos en el transcurso de nuestras vidas; muchas veces los posponemos, sin darnos cuenta de que seguirán estando allí, que nos acompañarán hasta que decidamos solucionarlos y dar por terminada esta situación, o si dejaremos que tarde o temprano este problema se haga parte de nuestra vida cotidiana, conformándonos con que esto sea así. A veces decidimos darle a un problema momentáneo una solución permanente, como sería el suicidio en la sociedad moderna, problema que se aumenta cada vez más. El tema que podríamos otorgarle a esta interpretación, podría ser el suicidio, como problema de la actualidad, o uno de sus alternos, como la anorexia o la drogadicción y el alcoholismo. Además de esto, esta interpretación no está absenta de todo toque político. Somos nosotros, cada uno de los individuos pertenecientes a una sociedad, los que decidimos subyugarnos a un régimen dictatorial y permitir que este controle todos los aspectos de nuestras vidas. Somos nosotros los que decidimos vivir con este problema, hacerlo parte de nuestra vida cotidiana, aceptarlo, conformarnos y no luchar por nuestros derechos.  Nuestro personaje “x” es a nivel social el individuo promedio, quien decide vivir conforme sin cuestionar a lo que está siendo sometido. A nivel psicológico es aquella persona que no le hace frente a sus problemas, que los posterga, y estos terminan apoderándose de su razón, como lo es en los casos del suicidio. A nivel ideológico, no es nuestro individuo “x”, mas que la persona que se conforma con lo que esta viviendo, sin hacerse ningún tipo de cuestión.  En el tiempo histórico nos ubicaríamos con esta interpretación en la actualidad, o en un pasado inmediato en uno de los regímenes dictatoriales del siglo pasado. El espacio en el que ocurre la historia es limitado, lo que limita a su vez la acción, que implica solo el movimiento de despertar.                     
Como segunda opción de interpretación, en el argumento tenemos nuevamente a nuestro personaje “x”, quien cuando se va a dormir, encuentra en sus sueños una libertad que de otro modo no puede alcanzar, una libertad más allá de lo meramente físico, una libertad de pensamiento. Cuando despierta, se da cuenta de que lo que día a día lo oprime, sigue estando allí, una dictadura a la que todos temen cuestionar, y a la que muchos ni se toman el trabajo de hacerlo. Es lo mismo que ha encontrado al despertar repetitivamente durante un largo periodo de su vida. El, solo, si quiere conservar su vida, se dedica a callar y someterse al yugo de la dictadura, sin tener la posibilidad de poderse expresar. En esta interpretación tenemos a un personaje, que a diferencia del personaje de la primera interpretación, se cuestiona, a nivel ideológico, todo lo que ocurre a nivel social, y además, es consiente psicológicamente de la situación a la que se está enfrentando.  Aunque no es descrito el sueño en el propio cuento, sabemos que a nivel subjetivo el personaje nos transmite emociones de inconformidad y de desacuerdo. En el tiempo histórico, nos encontraríamos evidentemente ante la dictadura de el general Ubico, entre 1931 y 1944 en Guatemala. El fenómeno del espacio y de la acción se presenta en esta interpretación también. El tema sería la opresión en todos los aspectos de la vida de un individuo que vive bajo un régimen dictatorial.
En cuanto a la forma de este mini cuento, muchos coinciden en que es un híbrido entre una descripción, una narración ó hasta un diálogo. Está escrito en prosa y cuenta con dos frases, separadas por un coma, compuestas por 7 palabras que son adverbio, verbo, artículo, sustantivo, adverbio, verbo y adverbio respectivamente. El tiempo verbal es pasado. En el estilo apreciamos muchos simbolismos ocultos, metaforizando al dinosaurio, por ejemplo.
Nunca sabremos que interpretación es correcta, ni siquiera si lo que Monterroso pretendía con este cuento era hacernos creer que el había dejado abierto un horizonte de posibilidades, pero que la verdad, se había solo limitado a hacer una creación tan sencilla, que le complicaría la vida a todos los que se dedicaran a estudiar su obra. 
Como se presentó el aspecto político a nivel de las dos interpretaciones, he elegido como tema la dictadura del general Jorge Ubico en Guatemala.
Ubico fue elegido democráticamente presidente de Guatemala en 1931. Ya en el poder, asumió prácticas dictatoriales con métodos autoritarios. Reprimió duramente a la oposición durante su mandato, ordenando el asesinato de cientos de dirigentes obreros, estudiantiles y opositores políticos. Impuso censura a la prensa, en la que toda noticia debía ser, antes de su publicación, aprobada por el. Hizo cambios constitucionales para su permanencia en el poder y logró sostener su mandato por más de doce años gracias al apoyo brindado por Estados Unidos a su gobierno. En 1944, las manifestaciones en su contra se magnificaron, lo que hizo que él renunciara formalmente a su cargo, para morir en el exilio en Estados Unidos, dejando en el poder al también general Ponce Váidez.
Augusto Monterroso, hacia 1940, empezó a organizarse junto con la Asociación de Artistas y Escritores jóvenes de Guatemala, de la cual era fundador, en contra de la dictadura de Ubico. Participó activamente en las manifestaciones callejeras y firmó el “Manifiesto de los 311”, en el cual exigían la renuncia de Ubico. Él, en compañía de sus compañeros, con los que fundó tras la caída de Ubico el periódico “El Espectador”, fueron escoltados en calidad de perseguidos políticos hasta la frontera de México, país que serviría de hogar a Monterroso por muchos años de su vida. 
Santiago Galeano H.

Fuentes para la segunda parte de la exposición (La dictadura de Ubico):

Jose M. Payá y su interpretación audiovisual del Dinosaurio de Monterroso